Las matriculaciones vuelven a hundirse en el mes de abril

La caída de un 21,7% en el número de matriculaciones es un dato demoledor. Mucho peor de lo que nadie podía imaginarse. De hecho, la realidad del mercado es tan mala que se están rectificando todas las previsiones a la baja. Ya nadie confía en poder llegar a los 780.000 coches anuales, lo que implicaría colocar al sector en los peores niveles del año 1993. El pesimismo es tan elevado que nadie cree que estas predicciones se cumplan, siendo necesaria una nueva revisión.

Caida de las matriculaciones – Foto: http://www.libertaddigital.com

Las grandes patronales del sector buscan explicaciones a unas estadísticas tan malas escudándose en la entrada de la economía en recesión y en los duros recortes presupuestarios. Es evidente que la situación no va a mejorar mientras sigan existiendo unos niveles de paro desorbitados y una crisis de confianza en el futuro como la que vivimos actualmente.

Destaca sobremanera la abrumadora caída respecto al año pasado, pero es aún más preocupante si prestamos atención a un dato: de 2010 a 2011 el mercado ya se había desplomado otro 23,3%. Si en abril de 2010 se matricularon 93.637 turismos, en 2011 lo hicieron 71.808 y en 2012 han sido 56.250. Esto quiere decir que en dos años se han vendido casi un 40% menos, con la consecuente destrucción de empleo y una sucesión de quiebras por parte de concesionarios que llevan años aguantando a duras penas un mercado cada vez más destrozado.

Todos los concesionarios consultados me han confirmado algo evidente a la vista de las cifras; coinciden sin excepción en afirmar que abril ha sido uno de los peores meses en mucho tiempo. Incluso vendedores que llevan muchos años en el sector me dicen que no recuerdan un mes de abril tan malo como el de 2012.

El gran problema no es sólo lo que no se ha vendido, si no lo que no se va a vender. Esto quiere decir que el tráfico de exposición ha sido tan bajo que apenas se ha mantenido una mínima cartera de pedidos, con lo que los próximos meses se prevén aún peores. Para los que no lo sepan, el tráfico de exposición es la afluencia de público a un establecimiento con interés por comprar. Cuanta más gente entre, más posibilidades hay de vender. Como no todo el que va una tienda termina comprando, hay que tener claro que un tráfico bajo implica una escasa conversión en ventas. Además, no todos los clientes compran coches que están en stock en el concesionario, ya que muchas veces lo que hacen es encargar a la fábrica un modelo determinado que tardará un tiempo en llegar. Desde que el comprador solicita el vehículo hasta que éste llega y se matricula, ese pedido forma parte de la cartera de pedidos. Si la cartera disminuye, lo más probable es que en un futuro también bajen las matriculaciones.

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