Tip: ¿para qué voy a usar el coche?

Aunque los lectores piensen que es una pregunta obvia, la experiencia me indica que mucha gente acude a un concesionario sin tener ni idea de lo que quiere. Puede aprovecharse del buen hacer de algún comercial que le aclare las dudas, pero lo más probable es que un vendedor desalmado le termine colocando el coche que lleva un año en el stock y que no necesita para nada.
Exterior de una exposición de vehículos – Foto: http://www.consumoteca.com

Hay clientes que en el momento en que sienten el primer impulso de adquirir un coche salen disparados hacia el concesionario sin tener la más mínima idea de lo que quieren. Con estos artículos, con estos breves tips, con estos pildoretazos, intento que la gente comprenda que no tiene sentido peregrinar por todos los establecimientos de venta que tenemos cerca, con la idea de cargarnos de catálogos que nunca leeremos, para preguntar por vehículos que ni necesitamos ni queremos.

Hay dos tipos de procesos a la hora de analizar nuestras necesidades. Generalmente los compradores no suelen sentarse en su casa con papel y bolígrafo a analizar pros y contras, que sería una de las posibilidades. Lo habitual es que se hagan las cosas con más naturalidad, que llevemos un tiempo rumiándolo antes de emprender el paso. Nos fijamos en los automóviles que vemos por la calle y empezamos a pensar cuál nos gusta. Es entonces cuando debemos considerar –incluso aunque ni siquiera nos hayamos planteado la posibilidad de comprarlo– si ese coche cubrirá nuestras necesidades. Si nos fijamos en un deportivo biplaza, y tenemos cuatro hijos, mujer y suegra, difícilmente nos servirá salvo que tengamos otro vehículo más. Si vamos todos los fines de semana a pescar y tenemos que meternos con el automóvil por pistas y caminos de difícil acceso, lo lógico sería que nos olvidemos de berlinas de suspensión baja porque es probable que no podamos utilizarlo para lo que nosotros queremos.

Como no escribo para gente que tiene una escudería, si no que lo hago para personas normales, que como mucho se pueden permitir un coche para él y otro para su mujer, recomiendo siempre plantearse como mínimo las siguientes preguntas:

  • ¿Para qué voy a usar el vehículo?
  • ¿Con cuánta gente suelo utilizarlo?
  • ¿Qué tipos de desplazamientos suelo hacer?
  • ¿Qué clase de conducción me gusta hacer?
  • ¿Necesito un maletero grande?
  • ¿Necesito más plazas adicionales?
  • ¿Cuántas puertas me resultan cómodas?

Si se les ocurre alguna pregunta más, no dejen de plantearlas en los comentarios.

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