Lo que para unos es una ventaja, para otros es un inconveniente. Los que gustan de los coches nuevos, no les importa pagar una cantidad mayor de dinero para estrenar y evitarse unos costes de mantenimiento más elevados a medio plazo. Sin embargo, hay muchos clientes que optan por los vehículos de ocasión porque prefieren pagar menos dinero en el momento de la compra, aunque tengan unos gastos más altos de un modo continuo.

En muchas ocasiones me preguntan si es mejor comprar un automóvil usado o uno nuevo. Y siempre les digo que depende de su forma de pensar y de la pasta que se quieran gastar. Hay compradores que no quieren adquirir uno de segunda mano, porque piensan que ya está viejo y que les puede terminar dando problemas, así que están dispuestos a pagar un precio más elevado con tal de no estar luego gastando un dineral en averías y reparaciones. Lo normal es que un coche nuevo apenas cause gastos durante los primeros años de vida. Conforme vaya envejeciendo empezarán a salirle las pegas y es entonces cuando los gastos de mantenimiento crecen.
No obstante, existen otros muchos clientes que no están dispuestos a abonar las altas tarifas de uno nuevo. Creen que no les compensa el sobreprecio simplemente por el hecho de ser quienes lo estrenen. Prefieren esperar y adquirir un modelo más antiguo por un importe más bajo, incluso asumiendo que los costes por mantenimiento y roturas pueden ser más altos.
Por otra parte, también están los partidarios de una solución intermedia o de compromiso, que son aquellos que compran los conocidos como «kilómetro cero». Con esta y otras denominaciones se conocen a los vehículos que el concesionario ha matriculado a su propio nombre para cumplimentar sus objetivos, y puestos inmediatamente a la venta sin estrenar. Técnicamente no se pueden considerar nuevos, ya que están matriculados. Incluso así, el automóvil está completamente nuevo, y por eso goza de un mayor descuento. Por eso mismo puede ser una buena solución para aquellos que quieren ser los primeros conductores de su coche, pero no quieren hacer el alto desembolso que supone la matriculación a su nombre.

La terminología no es muy precisa y muchos llaman de «kilómetro cero» a los que deberían ser seminuevos. En mi opinión, un vehículo de «kilómetro cero» no tiene que estar usado. Si tiene varios meses y miles de kilómetros, se tiene que considerar una unidad seminueva y debe tener aún más descuento que uno de «kilómetro cero». En este caso, el precio debería bajar proporcionalmente al uso que se haya dado.
También hay otros que quiere modelos de gama muy alta que no pueden pagar. Hay clientes que quieren un Audi A8 o un BMW X5, pero que no pueden desembolsar las altas cantidades de uno de primera mano. Por eso recurren al mercado de ocasión, en el que pueden encontrarlos con cinco o seis años de antigüedad casi por la mitad –o menos- de precio que uno nuevo.
Como conclusión me gustaría añadir que no hay soluciones mejores o peores. Lo primero que debemos hacer cuando queramos comprar un automóvil es plantearnos nuestras necesidades. En función de ellas, analizaremos el presupuesto del que disponemos; y es entonces cuando podemos empezar a evaluar las distintas alternativas. Si contamos con muy poco dinero, es probable que no tengamos más remedio que buscar algo de ocasión. Conforme aumente el disponible, las posibilidades se abren en un abanico cada vez más amplio. Pero tengan en cuenta que las decisiones no son malas o buenas. Son las que mejor se adaptan a su propia idiosincrasia y al tamaño de su bolsillo.
Un comentario sobre “Coches nuevos, usados o de «kilómetro cero»”