A partir de hoy, todos aquellos que quieran comprar un coche, no podrán pagarlo íntegramente al contado. Esto significa que la Ley de Medidas de Lucha contra el Fraude Fiscal establece la prohibición de realizar pagos de más de 2.500 euros en efectivo. En esta entrada veremos cómo afecta esto a la automoción.

Según ha publicado Ganvam, pese a que el 90% de las operaciones realizadas en concesionarios y establecimientos de compraventa superan los 2.500 euros, el 52% de las mismas se realizan mediante pagos al contado. Este fenómeno implica que muchos compradores no quieren desembolsar dinero por la intermediación de una entidad bancaria que no soluciona ninguno de sus problemas. No obstante, la ley de nuevo vuelve a favorecer a los bancos en detrimento de los consumidores, obligándoles a pagar una comisión por realizar un cheque conformado o por ordenar una transferencia.
Siguiendo las cifras de Ganvam, el 36% de las ventas de coches usados —cerca de 600.000 operaciones— se verían afectados por la prohibición. Esto me lleva a pensar que, sólo teniendo en cuenta al sector de la automoción, y considerando de media una cantidad de 10 euros por los gastos bancarios, tendríamos la nada despreciable cantidad de 6 millones de euros, en concepto de migajas que se quedan en el mantel de los bancos. Casualmente los mismos organismos que han dejado de prestar dinero a sus clientes para que puedan cambiar de vehículo.
El Gobierno ha anunciado que el motivo de esta medida es evitar el fraude fiscal, algo que me parece positivo. Sin embargo, por lo que yo conozco este sector, se pueden considerar marginales y minoritarios a aquellos piratas que tratan de defraudar a Hacienda sistemáticamente. Por el contrario, la mayoría de los concesionarios y establecimientos de compraventa (los que consideramos profesionales del sector) suelen hacer las cosas bien, conforme manda la ley. Y no olvidemos que hasta ahora, cuando se cobraba una cantidad al contado mayor de 3.000 euros, se tenía que comunicar al banco el nombre y el DNI del comprador, siempre que se quisiese ingresar dicho dinero en efectivo.
Me resulta curioso que a los particulares no se les exija lo mismo que a las empresas y profesionales. De hecho, para operaciones en las que comprador y vendedor son particulares, se sigue permitiendo que el pago se haga completamente al contado. Parece que en este caso la posibilidad de fraude es menor ya que Tráfico no transfiere ningún automóvil sin que previamente se haya liquidado el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales. Y no olvidemos que el 60% de las ventas de segunda mano se llevan a cabo entre particulares.