El otro día me centré en una serie de consideraciones previas acerca de los descapotables. En cambio hoy me voy a meter en harina y voy a explicar a los lectores las distintas variedades de coches sin techo. Ya verán que son muchos más de los que pensaban.

Lo mejor es comenzar por el principio: los primeros coches que se fabricaban eran casi todos descapotables. Debido a la estética imperante en la época, la opinión generalizada era que los cerrados parecían vagones de tren. No fue hasta los años veinte del siglo XX en que comenzaron a imponerse los vehículos cubiertos con un techo metálico permanente, que son los normales hoy en día. Es decir: lo que ahora vemos como habitual no lo fue tanto en el inicio de la automoción. Aquello implicaba que existiesen algunos automóviles que no disponían de ningún tipo de techo. Esos verdaderos descapotables han quedado hoy en día como algo meramente testimonial en modelos de calle, siendo la norma en los coches de Fórmula Uno. Los que conozcan el Lamborghini Aventador J sabrán que no tiene ningún tipo de techo.
Pero si raro es hoy en día ver un vehículo de esa clase, tampoco es muy usual contemplar por la calle un Targa. Podría decirse que es un tipo de carrocería semi-descapotable, con una barra de protección muy ancha, una ventana trasera fija y una sección del techo entre la barra y el parabrisas que se puede quitar con facilidad. Probablemente el más conocido sea el Porsche 911 Targa.

Lo más parecido al techo tipo Targa sería la carrocería semi-descapotable Open Air que algunas veces también se llama Open Top o Rag Top. En este caso, el techo es removible y puede ser de lona o de vidrio. Pero, si la cubierta se puede quitar, el resto de la parte superior de la carrocería como las ventanillas laterales y traseras suelen ser fijas. Un ejemplo de este tipo de techos lo tendríamos en el Citröen C3 Pluriel.
En mi opinión, tanto el Targa como el Open Air, a parte del tamaño de la abertura, no son muy diferentes de un automóvil cubierto equipado con techo solar retráctil o abatible. Pero probablemente por eso no son de los más populares entre los amigos de los convertibles. Los más frecuentes son los descapotables completos, con cubierta de lona. Si antiguamente era una simple tela que evitaba que el coche se mojase o sufriese ante las inclemencias del tiempo cuando estaba estacionado al aire libre, hoy en día se han creado verdaderas capotas de lona, vinilo o cualquier otro material aislante, con varias capas textiles para mejorar la insonorización y evitar las filtraciones de agua. Las más frecuentes hoy en día son las que se pliegan ocultándose en un compartimento del maletero o del asiento trasero. Casi todas suelen ser de replegado automático y ocupan poco espacio. No obstante todavía hoy en día hay algún vehículo cuya capota no va oculta, sino que se ubica de un modo visible exteriormente, encima del maletero, por detrás del asiento trasero. Es el caso del Volkswagen Beetle Cabrio 2013 que estará muy pronto en los concesionarios.

Entre los modelos descapotables con techo de lona oculto tenemos a muchos de los actuales. Generalmente se les suele llamar cabrio o cabriolet, teniendo un claro exponente en el Audi A5 Cabrio o el BMW Serie 3 Cabrio.
Por último, quiero detenerme brevemente en el exponente más deportivo de un convertible. Conocidos generalmente como Roadster, suelen ser coches muy ligeros, habitualmente biplazas, de gran deportividad y tracción trasera (aunque este último no sería un requisito indispensable, ya que tenemos el Audi TT Roadster que es de tracción delantera o tracción total denominada comercialmente por Audi como quattro). Esta terminología, de origen británico, varía dependiendo del fabricante. Teniendo claro que un modelo como el Jaguar XK se considera el típico roadster, hay algo de confusión en los nombres ya que Porsche también designó a su 356 como Speedster. Y para terminar de liarnos, Ferrari o Alfa Romeo denominaban a sus descapotables más radicales como Spider. En mi opinión, la característica definitoria de un Spider actual debería ser la de un superdeportivo con motor central o trasero, que tenga un pequeño techo duro retráctil de una sola pieza como el del Ferrari 458 Spider.

Si hay algo que me da envidia —siempre de la sana— es ver un coche descapotado en un buen día de otoño. Incluso en invierno, al mediodía, en días en los que la temperatura ha subido bastante, se puede disfrutar con el climatizador convenientemente ajustado de la conducción al raso, con el único techo de un cielo azul claro, infinito y surrealista como un cuadro de René Magritte. En mañanas así, en las que el sol no aprieta pero sí acompaña, es cuando se puede disfrutar plenamente de un convertible. Y si ustedes son de ese 17% de españoles que piensan que los descapotables son para el verano, prueben a quitar la capota en un día de agosto en los que el asfalto para derretirse. Les aseguro que con toda probabilidad, al tercer semáforo, las quemaduras producidas por el sol como mínimo serán de segundo grado. Y eso si son capaces de aguantar las bocanadas de aire caliente similares a estar frente a un enorme secador de pelo.
Por cierto, ¿se dan cuenta de que no he hablado de los coupés cabrios? Ya lo hice en el primer artículo de esta serie.
Tipos de descapotables (I)
Te animo a escribir un post sobre el origen la nomenclatura automovilística (Spider, sedan, limusina, coupé…). Efectivamente, conducir un descapotable a pleno sol de agosto en una carretera llana y sin sombra parece muy bucólico pero es un infierno. Mi 2cv y yo damos fe de ello 😉
Es un buen tema, Sergio. Sin haber investigado nada sobre el tema, me suena que la nomenclatura suele venir en general de los carruajes. El spider (ése sí que lo he estudiado un poco para este artículo) era un pequeño coche de caballos montado sobre grandes ballestas que le daban la apariencia de una araña. Buscaré algo de información porque puede ser un tema interesante. Muchas gracias por la sugerencia.
Una pega de los descapotables: el maletero se queda excesivamente pequeño.
Tienes razón. Los maleteros son más pequeños que en los coches normales. Eso sí que puede llegar a ser una desventaja para gente que va muy cargada. No es mi caso.
Obviamente.. tonto, si vas a ir al supermecado ve y usa la furgoneta de tu madre, si quieres sentir la sensacion de libertad y el viento en tu cara usa un convertible. los deportivos no suelen tener un amplio maletero pues no fueron diseñados para tal fin. mas bien para lo que ya te mencione.