35 fallecidos en 2014 y un millón de desplazamientos más que en 2013 se registran en un período en el que ha primado el buen tiempo, excepto en la etapa final de la operación retorno.
Nos toman por tontos. Igual que el Gobierno piensa que el paro está bajando —simplemente porque hay mucha gente cuya única opción es hacerse autónomo, aunque luego se pase meses sin facturar ni un euro—, también consideran que los accidentes se reducen solos, simplemente mediante la rajoyana inacción que en ocasiones permite la obtención de resultados aceptables aunque no se haya hecho nada para conseguirlos.
Parece ser que la DGT había previsto que, como venía siendo habitual en los últimos años, esta Semana Santa también se vería empañada por la lluvia. Sin embargo, el sol al final se ha dejado ver en casi toda la Península, con lo que los españolitos de a pie han cogido sus bártulos y se han montado en sus viejos y mal mantenidos coches para circular por las tercermundistas carreteras patrias, en dirección a algún lugar donde poder alejarse, aunque solo sea durante cuatro días, de la repugnante realidad en la que viven. Y ese aumento de los desplazamientos ha provocado un incremento en la siniestralidad. Porque, por mucho que la DGT piense que basta con acojonarnos a todos para que seamos más prudentes y nos quedemos en casa, se ha demostrado que en cuanto salimos a carretera seguimos siendo los mismos de siempre, con las mismas querencias y las mismas taras en la conducción.

Como he dicho un poco más arriba, las autoridades de Tráfico no podían pretender que su única política fuese la de convencernos que lo mejor para no sufrir un accidente de automóvil es quedarse en casa. Tal vez por eso, aunque con la boca pequeña, el 10 de abril de 2014 (justo antes del inicio de la campaña) dijese la Directora General de Tráfico que el objetivo era reducir la siniestralidad de 2013, tomando para ello las mismas medidas que en años anteriores: aumentar controles de velocidad en carreteras secundarias y pedirle a la gente que tenga cuidado.
Seguro que alguno de los lumbreras que ocupan el abultado staff de altos cargos de Tráfico tuvo la brillante idea de no cambiar nada de lo implementado hasta ahora debido a su “brillante” funcionamiento. Pero, por muchos tantos que se quieran apuntar los políticos, los resultados de campañas anteriores no son aceptables debido a que algunas variables que influyeron en los mismos estaban sesgadas. Algo que se ha demostrado en cuanto han aumentado los desplazamientos, originando que las estadísticas se les tuerzan.
Es muy cómodo culpar a los demás de los errores propios. Pero ya estoy cansado de escuchar a los políticos que dirigen la seguridad vial proclamando lo buenos que son cuando se reduce la siniestralidad, sin asumir su parte de responsabilidad en los aumentos. Cuando fallece más gente de la que se esperaba, la culpa es de los golfos de los conductores, que cuando se ponen al volante beben como si no hubiese un mañana, que son unos temerarios que circulan a velocidades inconcebibles y que se empeñan en tener unos días de asueto en Semana Santa cuando lo que tenían que hacer es quedarse en su casa, que estamos en crisis y la gente debe trabajar y ahorrar más.
Es posible que las lágrimas se me salten de emoción cuando algún responsable anuncie que se va a iniciar un plan de mantenimiento integral de carreteras. Porque hay vías que se están hundiendo literalmente —y no solo en carreteras secundarias, ya que llevo viendo con mis propios ojos desde hace más de dos años varias autovías reconvertidas “provisionalmente” en carreteras de dos sentidos por falta de mantenimiento de uno de los sentidos— sin que nadie de la DGT se preocupe de hacer otra cosa que señalizar los desperfectos y reducir la velocidad en esos tramos.
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Amén
Sacaban pecho por la baja siniestralidad de los últimos tiempos, pero sólo se debían a que hacíamos menos desplazamientos. Por desgracia en lo que a prevención de accidentes, mantenimiento de vías y cantidad de caraduras no hay nada nuevo bajo el sol..
Así es, Milmerie. No quiero ni pensar qué ocurrirá si la economía realmente empieza a mejorar y la gente comienza a salir más de casa. Las cifras se van a disparar.
La campaña de terror en los telediarios con imagenes de accidentes espeluznantes ha sido bochornosa, imagino orquestado a instancia de las altas esferas.. pero por supuesto no ha servido de nada.
Un saludo.
El efecto del miedo, Xavi, está demostrado que dura muy poco tiempo. Enseguida a la gente se le olvidan esas imágenes terroríficas y regresan a sus antiguos hábitos.
Lo que sigue siendo bochornoso es ver patrullas de la Guardia Civil a cascoporro por las Autovías y nunca por carreteras secundarias. Controles de alcoholemia sólo a altas horas de la madrugada. Radares con fines exclusivamente recaudatorios. Carreteras en tan mal estado que sólo son aptas para tanques. Señalizaciones en estado deprimente, etc, etc.
Con este panorama yo creo que en el futuro llegaremos a no tener víctimas en carretera no por los méritos de la DGT, sino de los fabricantes de automóviles, que llegarán a un punto que sean tan seguros (¿conducción autónoma?) que a pesar de que hayan accidentes, nadie fallezca. Ahora bien, lamentablemente creo que eso no lo verán ni mis nietos.
Un saludo Ricardo.
La realidad, Álvaro, es que la siniestralidad ha estado bajando por el descenso en los desplazamientos, no por las medidas que toma la DGT. Y en el momento en el que los viajes aumentan, la mortalidad se dispara. Mi pregunta es la siguiente: si la mayor cantidad de accidentes se producen en carreteras secundarias, ¿por qué no arreglan esas carreteras para que sean más seguras?
En España queda mucho por avanzar en este tema. Por que se creen que con leyes se arregla todo. ¿Qué hay del mantenimiento de las carreteras? ¿Qué hay de ayudar a los usuarios para que puedan llevar un correcto mantenimiento de sus vehículos? Hay que tener un poquito más de cabeza
Así es, A. Moreno. La política sobre seguridad vial siempre se ha centrado únicamente en medidas recaudatorias. Todos los políticos piensan que somos unos conductores tontos e incapaces. Y en lugar de hacer algo por cambiarlo, quieren sacar tajada de ello. Consideran que los conductores son bobos; pero no hacen nada por reeducarlos. Prefieren meterles mano al bolsillo.
Las autoridades de Tráfico son muy poco constructivas y van a lo cómodo. Lo lógico sería que analizasen todos los factores que inciden en la siniestralidad. Y evidentemente el mantenimiento de carreteras y de vehículos tiene una gran parte de culpa. Me parecería una buena idea lo que propones que el Estado ayude a los usuarios para que realicen un correcto mantenimiento (no solo multando a aquellos coches que no tengan la ITV en vigor). Aunque lo lógico sería que las ayudas fuesen en función de la renta de cada uno. Además, los talleres también agradecerían ese apoyo y conseguirían a más clientes que ahora están dejando de mantener su vehículo porque no tienen dinero para pagar los costes de mantenimiento.