En invierno no te olvides del mantenimiento del coche

Con la llegada del invierno deberías preocuparte aún más si cabe del mantenimiento de tu coche.

Por ese motivo, he pensado explicar aquí cuáles son las tareas que debes efectuar ineludiblemente en tu coche.

Y si no sabes hacerlas por ti mismo, lo más recomendable es que recurras a la ayuda de talleres profesionales como los Castrol Carama, que te ofrecen las máximas garantías en todas las operaciones de mantenimiento que realizan.

1.- Revisa el motor

Aunque mucha gente se limita a cambiar el aceite cuando toca, habría que hacer más cosas entre un intervalo de mantenimiento y el siguiente.

Y si no lo haces, probablemente te lleves alguna sorpresa inesperada tarde o temprano.

A nivel mecánico, deberías revisar como mínimo lo siguiente:

  • Nivel de aceite: con el frío, el aceite se vuelve más viscoso. Esto significa que le costará más lubricar las piezas del motor cuando se arranca en un entorno muy frío. Además de tener especial precaución al circular con el motor frío, también debes revisar el nivel de aceite antes de iniciar un viaje no sea que haya bajado demasiado.
  • Líquido anticongelante: comprueba que el depósito tiene suficiente líquido anticongelante. Y en caso de que fuese necesario, rellena hasta el límite que marca el propio depósito.
  • Batería: el frío puede agotar anticipadamente la carga de la batería. Como la batería es la causante de muchas de las averías que sufren los vehículos, es importante que estés atento ante un posible mal funcionamiento de la batería.
  • Correa del alternador: dado que los consumos eléctricos son mayores en invierno, conviene revisar que la correa del alternador esté intacta, para evitar un fallo inesperado en el momento más inoportuno.

2.- La iluminación del vehículo

En invierno, disminuyen mucho las horas de luz.

Y no solo eso, ya que la visibilidad empeora por culpa de las nieblas, la lluvia y la nieve.

Por esa razón, es imprescindible que el sistema de iluminación del vehículo esté plenamente operativo, tanto para que cuentes con la máxima visibilidad, como para que te vean a ti correctamente.

Revisa, por tanto, elementos como los faros, las bombillas, los intermitentes, los antiniebla, las escobillas limpiaparabrisas…

Y tampoco está de más si llevas en el maletero elementos para retirar el hielo que se puede depositar cuando el coche está aparcado a la intemperie (rasqueta, líquidos que facilitan la descongelación…).

3.- El estado de los neumáticos

Los neumáticos son los únicos responsables de mantenerte en contacto con el suelo, así como de garantizar la estabilidad para que puedas circular con seguridad.

Si tus neumáticos están gastados, la adherencia disminuye mucho.

Y en épocas como el invierno el asfalto se vuelve de por sí más deslizante por culpa del frío, la nieve, la lluvia o el hielo.

Lo más recomendable sería utilizar neumáticos de invierno en cuanto la temperatura ambiental baja hasta los 6ºC.

Si no puedes tener dos juegos de neumáticos distintos, comprueba que el dibujo es lo suficientemente profundo y que el desgaste es uniforme y sin irregularidades.

Y no te olvides tampoco de revisar antes de cada viaje la presión de los neumáticos, ya que estos pierden efectividad si no están inflados con la presión correcta.

A nivel dinámico, también hay que tener una especial precaución con el estado de los frenos, si te quieres asegurar de que tu vehículo se va a detener en la menor distancia posible.

Así que es bueno que revises las pastillas, por si estuviesen desgastadas, al igual que los discos de freno, que deben estar siempre en un estado óptimo de funcionamiento.

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