Sergio Pininfarina falleció esta madrugada a los 85 años en su casa de Turín. El ingeniero italiano, hijo del fundador del popular estudio de diseño que ha colaborado con marcas tan emblemáticas como Ferrari o Jaguar, acrecentó el legado paterno infundiendo una imagen de estilo, elegancia y deportividad únicas en el mundo del automóvil. Descanse en paz uno de los grandes.

No me gusta redactar obituarios. Sobretodo porque en España es un género que ha llegado a cotas verdaderamente elevadas y es difícil quedar a la altura. La prensa escrita siempre ha tenido a especialistas que se dedicaban exclusivamente a escribir sobre los personajes importantes que han muerto cada día. De hecho, los grandes profesionales de las necrológicas suelen tener, si no terminado, al menos esbozado el texto que publicarán el día que se produzca el acontecimiento luctuoso. No es este mi caso ni mi intención. Aprovechando esta triste circunstancia, he pensado que lo mejor sería poner unas cuantas fotos y vídeos de los coches más destacados diseñados por Pininfarina.
La mentalidad emprendedora del norte de Italia se demuestra en las grandes familias de industriales que durante el siglo XX crearon las empresas más importantes del país trasalpino. Un sector industrial que sigue siendo pujante en nuestros días y que permite que en Italia, bajo los efectos de una crisis tan importante como la española, exista un nivel de desempleo mucho más bajo que el de España.
Uno de esos emprendedores fue Battista Farina, alias “Pinin” por ser el más pequeño de una familia de doce hermanos. En 1930 había abierto un taller en Turín que se dedicaba a construir carrocerías. Para los que no lo sepan, antes de la guerra mundial era muy habitual que las grandes marcas tan sólo fabricasen el motor y las partes internas de un coche, siendo los carroceros más virtuosos los que creaban un chásis personalizado para cada cliente.
Muy pronto cogieron nombre y los pedidos les llegaban de todas partes de Europa. En los años cincuenta «Carrozzeria Pinin Farina» contaba ya con una serie de clientes importantes para los que diseñaba modelos tan legendarios como el Peugeot 404 o el Alfa Romeo Giulietta Spider.

Pero los carroceros italianos se han hecho verdaderamente famosos gracias a su estrecha colaboración en los diseños de los deportivos de Ferrari. El primero de ellos, el Ferrari 212 Inter de 1952.

Sin embargo, si por algo ha llamado la atención Pininfarina, es por el diseño del Ferrari 250 Testa rossa. En mi opinión, uno de los más bellos coches jamás creados, que se llama así –»cabeza roja»- por el color rojo de la tapa de la culata del motor. Este automóvil de carreras también se vendía para clientes de la calle, aunque con algunas variaciones mecánicas.

Ya en aquella época, Pininfarina estaba empezando a alcanzar fama por su elegancia y deportividad. Fue a comienzos de los 60 cuando el estado italiano les autorizó a cambiarse el apellido Farina original por Pininfarina, anteponiendo el apodo del padre. Por esa época, Battista se jubiló dejando el negocio –Pininfarina S.P.A.– en manos de su hijo Sergio, fallecido anoche.

En la década de los setenta, el mercado para el estudio italiano se había ampliado. Sobretodo porque Sergio supo infundirle un aire nuevo, ya no sólo centrado en el diseño de carrocerías. Desde entonces, tendrían los medios y la preparación para intervenir completamente en todos los aspectos de desarrollo de un vehículo. Fue también capaz de abrir su mercado, llegando incluso a colaborar con la industria americana en el diseño del mítico Pininfarina Rondine Corvette.

Pero no sólo trabajaban para italianos, franceses y americanos, ya que también fue contratado por Jaguar, en aquel momento el paradigma del señorío británico. Con el Jaguar XJS lo dieron todo, al parir un coche muy alejado de su predecesor, el Jaguar E-Type. Lo que más gustó del XJS fueron los toques de refinamiento italianos al estilo de los Ferrari y los Lamborghini.
Otro de los modelos legendarios fue el Ferrari Daytona. A pesar de que su nombre real era Ferrari 365 GTB/4, todo el mundo lo llamaba Daytona por su victoria en dicha carrera. fue uno de los coches más innovadores, abandonando el característico estilo redondeado de los deportivos de los años sesenta. Con este modelo se impusieron las líneas afiladas y futuristas de los deportivos de los setenta, de los que es fiel reflejo este brillante exponente.

En los ochenta se puede decir que Pininfarina había establecido acuerdos de colaboración con la mayoría de los más importantes fabricantes: Cadillac, Alfa Romeo, Peugeot, Audi, Honda, Daewoo, Rolls-Royce,… Precisamente cuando trabajaban en el Rolls-Royce Camargue, uno de sus diseñadores, Paulo Martin, se dejó llevar creando un prototipo futurista que más parecía una nave espacial que un vehículo de calle. De trazos sorprendentes y vanguardistas, siempre supieron que ese coche no se podría fabricar debido a una serie de limitaciones que lo hacían incómodo e impracticable. Pero Ferrari les dio la oportunidad de construir un show-car sobre la base del coche de carreras Ferrari 512. El concept de Pininfarina se denominaría Ferrari 512 S Modulo.
Tras la muerte de Sergio, sus hijos Lorenza y Paolo se quedan al frente de un negocio solvente y rentable. Sus modelos siguen alcanzando el éxito y marcando las tendencias de elegancia, deportividad y modernidad que siempre les ha caracterizado. Simplemente como ejemplo, una fotografía del Ferrari FF, uno de sus últimos diseños.

Las carrocerías que llaman la atención y dar belleza, confort y sofisticación para el coche son los que van a llamar más la atención, y se puede decir que Ferrari apuesta muy bien.
Muchas gracias por tu aportación, Carroceros Extremadura. Como muy bien dices, Ferrari siempre busca lo mejor. Por otra parte, un aspecto que les preocupa mucho es la seguridad de sus carrocerías. El otro día ha salido en prensa un accidente de dos hermanos mallorquines a bordo de un Ferrari y, a pesar de que el coche ha quedado para el desguace, a ellos no les ha sucedido nada. Al final, la seguridad es total.