El Mercedes Clase A

Mercedes-Benz ha conseguido quitarse la imagen carca que hasta hace no mucho tiempo le caracterizaba. Y es que una marca centenaria como la de la estrella ha sufrido considerables evoluciones por lo que respecta a su imagen de marca y líneas de diseño. Mientras que cuando yo era pequeño, los Mercedes se consideraban los más sólidos representantes del estatus y el dinero; años después se convirtieron en los automóviles que todo padre de familia de mediana edad quería tener, pensando que era un vehículo duradero, con el que prácticamente se jubilaría como conductor. Esa actitud conlleva cosas buenas y malas: por un lado se garantizan un volumen aceptable de ventas; pero con el paso del tiempo los clientes dejan de comprar porque en muchas ocasiones se están muriendo. Debido a eso, tuvieron que dar un fuerte golpe de timón para rejuvenecer a su público objetivo.
Mercedes-Benz Clase A - Foto: www.motorexpress.es
Mercedes-Benz Clase A – Foto: http://www.motorexpress.es

Siempre pensé que Mercedes-Benz tenía una clientela consolidada, con una cuota de mercado prácticamente estable, y que apenas se zarandeaba con los vaivenes del mercado. Cuando empecé a trabajar en este mundillo de la automoción, al hablar con empleados de la marca alemana, todos me decían que si no cambiaban de imagen terminarían muriendo de éxito. En este mundo actual, nadie se mantiene si no crece. Fue entonces cuando los diseñadores comenzaron a darle a los nuevos modelos un toque más deportivo.

Escribo de memoria, pero creo recordar que el gran vuelco estilístico lo dieron con los deportivos, transformando unos excesivamente sobrios frontales, en unas líneas mucho más encastadas, que han abierto brecha en los equipos de diseño de Mercedes. Con modelos como el SLS AMG, el SL o el SLK, introdujeron un estilo más acorde a su tradición deportiva. Curiosamente ahora que tanto se lleva lo vintage, lo retro, han considerado que era el momento de atraer a la gente joven inspirándose en el pasado. Un aire que para nada es antiguo, ya que el diseño en el que se basan —aquellos míticos cupés de los dorados cincuenta y sesenta—, era mucho más arriesgado e innovador que los modelos de los ochenta y noventa.

Tras ver que la nueva calandra, las nuevas formas, triunfaban, muy pronto comenzaron a adaptar ese nuevo argumento estilístico a las versiones más «generalistas», si así se las puede llamar. Es evidente que las marcas premium no viven de vender modelos de más de 120.000 euros. Su volumen principal es el de los modelos como el clase C, que tienen un mercado mucho más amplio, a precios algo más accesibles.

Y uno de los segmentos en los que más posibilidades de crecer hay es en el de los compactos. Qué se lo digan a Volkswagen, Audi o a BMW. Por eso nunca he entendido como Mercedes se pasó tantos años ofreciendo un clase A y un clase B que parecían monovolúmenes para ir a hacer la compra al supermercado. Por esa razon, cuando he visto y probado el nuevo clase A de Mercedes me he sentido verdaderamente emocionado. Y es que ese tipo de coches compactos con reminiscencias deportivas son de mis vehículos predilectos.

Me ha fascinado sobretodo ese espíritu de automóvil de raza, en cierta medida agresivo, más bajo, más aerodinámico. La nueva calandra al estilo del SLS AMG, con una gran estrella en el centro en la más pura tradición de los cupés de Stuttgart, y unas enormes aberturas de aire cubiertas por paneles en nido de abeja. Viendo el coche de lado, veremos unas ventanillas pequeñas, con la línea de hombros muy alta para potenciar la sensación de agresividad. La zaga se ha rediseñado por completo y apenas tiene nada que ver con su blandito predecesor.

Por dentro, se puede sentir todo el saber hacer en cuanto a calidades y materiales de los diseñadores de Mercedes. Con la mirada puesta en los deportivos más radicales, parece haberse alejado de aquellos interiores de buena calidad, sobrios, estilo sala de estar para abuelos jubiletas, que tanto gustaban al tradicional cliente de Mercedes. Por eso ahora los asientos más deportivos recogen mejor el cuerpo y dan un mayor agarre y sujeción. La ergonomía también ha mejorado mucho y el aspecto es mucho más tecnológico.

Respecto a los motores, poco tengo que decir que no hayan dicho las publicaciones importantes. Los más pequeños parece que tienen algo más de garra con consumos bastante moderados. Sólo he podido conducir durante un rato el diésel de 136 CV, pero las críticas son muy positivas para los motores de 110 CV y de 170 CV. En gasolina nos ofrecen también una gama que empieza por un motor de 122 CV, otro de 156 CV y uno más de 211 CV que tiene una pinta estupenda. Para los que quieran empaparse de detalles técnicos, en este link de Autopista y en el siguiente vídeo lo pueden hacer.

2 comentarios sobre “El Mercedes Clase A

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