Me encantan los programas de televisión de subastas. En concreto, hay uno sobre un grupo de profesionales que se dedican a pujar por lotes que se encuentran abandonados en trasteros y guardamuebles. El juego —porque no se le puede llamar de otra forma— consiste en apostar a ciegas. En el momento en el que los organizadores desprecintan el trastero tan solo pueden observar de lejos durante unos segundos para hacerse a la idea de lo que se hallará en su interior, antes de comenzar la puja. Las ofertas se hacen sin apenas contar con información, con la única referencia de lo que se puede vislumbrar durante unos fugaces instantes.
Lo atractivo e interesante del programa reside en su similitud con los juegos de azar al estilo de las apuestas deportivas, las quinielas o las porras. Sin ir más lejos, el otro día pude ver un episodio en el que uno de los protagonistas pujaba una gran cantidad de dinero por lo que parecía un carísimo amplificador que al final terminó siendo una nevera corriente que imitaba la forma de un amplificador.
El complejo mundo de las subastas de coches
En el mundo del automóvil, siempre han existido las subastas. Pero hasta ahora solían ser oportunidades de negocio directamente reservadas para los profesionales, ya que lo habitual en este tipo de subastas es que los lotes se conformen con varios coches a la vez. O sencillamente se convierten en coto vedado para subasteros profesionales, como en el caso de los vehículos embargados por el Estado. Para los particulares que quieren comprar vehículos de uno en uno se complica algo más la posibilidad de acudir a las grandes subastas, quedando para ellos las ofertas puntuales que algunos vendedores tramitan a través de eBay.
Con esto no quiero decir que no se puedan encontrar buenas oportunidades, porque en ocasiones se localizan gangas interesantes. Pero como todo lo que tiene que ver con la compraventa de coches a través de Internet, el gran handicap para el comprador suele ser el no poder ver físicamente el vehículo.
No solo en eBay puede un particular pujar por un coche, ya que también hay otras webs que están funcionando muy bien. Entre ellas destacarían las páginas especialistas en subastas de automóviles como Tusubastadecoches.com o Betcars. Estos portales están especialmente orientados a la venta a particulares, ya que no es necesario acreditar que se está dado de alta en una actividad económica, como sí ocurre en otros portales como Autorola o BCA.
Subastas de vehículos siniestrados

Generalmente los modelos que se ofrecen en las páginas de subastas proceden de las flotas que los fabricantes matriculan para su propio uso, de los vehículos de renting cuyo contrato ha finalizado o de las empresas de rent-a-car que devuelven a las marcas según van venciendo los contratos. Lo normal es que el vehículo vaya acompañado de una tasación en la que se valoran los daños del vehículo y se estima el precio que costará la reparación. De no realizarse correctamente la tasación, los problemas pueden surgir por doquier, además de que eso influirá mucho en el precio de la subasta. Por lo tanto se trata de un dato que debe estudiarse detenidamente antes de lanzar una oferta.
Sin embargo, hay otro mercado que en España se reserva exclusivamente a los profesionales: se trata de los vehículos siniestrados. Mientras que al otro lado del charco tenemos a compañías como Insurance Auto Auctions, que se han especializado en esta clase de subastas de vehículos de todo tipo y origen, siempre que procedan de un accidente, aquí este mercado parece todavía reservado a expertos y profesionales. No obstante, da la sensación de que empiezan a aflorar algunas páginas como Eurocarbid o Autoaccidentados.
En este caso el negocio se basa en comprar un coche siniestrado a un precio lo suficientemente bajo como para cubrir los costes de reparación y repercutirlos en el automóvil, pero sin que deje de ser competitivo. Lo voy a explicar de un modo más gráfico, porque creo que se va a entender mejor: si te interesa un Citröen C3 del año 2009 cuyo precio de mercado puede rondar los 6.000 o 7.000 euros, y la reparación puede suponer unos 4.000 euros, no te interesaría pujar por encima de los 2.000 euros. Si lo compras en 4.000 euros, y luego te tienes que gastar otros 4.000 euros en arreglarlo, al final te habría costado 8.000 euros, bastante por encima del precio de mercado. Y si el automóvil te lo pretendes quedar para ti, te fastidiará pagar más de lo que vale; pero como tu idea sea venderlo una vez que lo hayas reparado…
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Un comentario sobre “Las subastas de coches, un mercado en alza”