Aunque lo parezca, éste no es uno de los cuentos que publico en la sección de Ficciones. Es más: cuando tuve la primera noticia de esta historia de amores prohibidos y coches de lujo pensé que se trataba de un guión de James Ivory, o del argumento de una serie británica de época tipo «Downton Abbey» o “Retorno a Brideshead”. Como este blog es de coches, que quede claro que no pienso desviarme del tema. Incluso más: les diré que el artículo de hoy trata de los amoríos furtivos entre un hombre y una mujer. Pero además de eso, también me deleitaré narrando la fascinación que provocaba un coche único en muchos hombres de mundo.

Tras una pequeña investigación por la red, parece ser que no será James Ivory quien se encargue del proyecto conocido de momento como “Silver ghost”. En su lugar se especula que puede ser Martin Scorsese el productor de la posible película que lleva dando vueltas desde 2008 de la mano de Richard Attenborough. Porque no soy yo el único que se ha quedado prendado del potencial cinematrográfico de las relaciones entre John Walter Edward Scott-Montagu (segundo Lord Montagu de Beaulieu) y su secretaria Eleanor Velasco Thornton, que mantuvieron un tórrido romance prohibido en contra de lo que las convenciones sociales dictaban.
Lord Montagu de Beaulieu, educado en Eton y Oxford, formaba parte de la Cámara de los Comunes a principios del siglo XX. Apasionado de los automóviles, fue el fundador de «The Car Illustrated», la primera revista de coches del Reino Unido. Gracias a su estatus parlamentario tuvo también la oportunidad de hacer campaña incansablemente en nombre de los automovilistas y de sus necesidades, que hasta entonces habían sido ignoradas por las autoridades. Y dada su amistad con Charles Rolls y Henry Royce, fue uno de los selectos clientes que disponían de uno de sus exclusivos vehículos, incluso antes de que el mito se iniciase.

A pesar de que las primeras unidades no tenían en el capó más que el emblema de Rolls-Royce, muchos de los compradores pensaban que debían personalizar su modelo con una mascota. A los propietarios de Rolls-Royce les pareció que algunas de las figuritas que colocaban determinados clientes no eran lo suficientemente decorosas. Por eso decidieron diseñar una que a modo de elemento opcional coronase la parte superior del radiador. Y para ello eligieron la estatuilla que el artista Charles Skyes había creado para el elegante lord Montagu.
¿Qué tenía de particular esta figura? La inspiradora era la secretaria del aristócrata británico, Eleonor Velasco Thornton, que aparecía vaporosa, con sus ropas flameantes por el viento, tapándose la boca con un dedo que simbolizaba la necesidad de guardar un importante secreto: el loco idilio que mantenía con su jefe y propietario del coche. Su relación, tan desigual, podía escandalizar a la alta sociedad británica. Sin embargo ambos se amaban y el propio Montagu deseaba inmortalizarla en uno de sus bienes más preciados.
En 1910 el Art Nouveau daba sus últimos coletazos. Mas, a pesar de la juventud del artista, la obra de Skyes está claramente enraizada en ese modernismo tan propio de la Revolución Industrial, tan amigo de representar a gráciles figuras femeninas, en actitudes delicadas, forzando hasta el paroxismo de un «Delphos» de Fortuny los drapeados y en general los pliegues de los ropajes. Retomando nuestra historia, la estatua, conocida por algunos como “El susurro” o «Ellie in her Nightie» (Ellie en camisón), tuvo que ser modificada siguiendo las claras directrices de los directivos de Rolls-Royce, que tenían en mente a la escultura clásica «Victoria de Samotracia», una obra de una “gran energía con un bello organismo viviente de suprema armonía”. En 1911 la compañía presentó la obra modificada, que en palabras de Skyes era “una elegante y pequeña diosa, El Espíritu del Éxtasis, que ha elegido el viaje por la carretera como su delicia suprema y se asentó en la proa de un Rolls-Royce para revelar la frescura del aire y el sonido musical de sus revoloteantes vestimentas”.

Mientras tanto, la aventura entre Velasco y Montagu continuaba muy a pesar de Lady Cecil Victoria Constance Kerr, la esposa del noble. De hecho, la pareja llegó a tener una hija ilegítima que entregaron en adopción para evitar el escándalo. Siempre se ha dicho que no hay cosa menos discreta y más descuidada que un secreto a voces. Aunque la pareja viajaba junta bajo la pantalla de su relación profesional, casi nadie se creía que ella era únicamente su secretaria. Pero John no podía divorciarse e irse a vivir con una mujer de orígenes tan humildes como Eleanor.
Ya que toda buena historia que se precie debe finalizar con una tragedia, en 1915 los dos amantes embarcaron en el SS Persia, un barco con destino a la India. Probablemente allí, lejos de la hipócrita sociedad londinense, podrían vivir con más libertad su historia de amor. Sin embargo, el comandante alemán Max Valentiner se cruzaría en su camino al mando de un submarino alemán que patrullaba el Mediterráneo Oriental. A pesar de que el navío era de pasajeros, y sin haber mediado provocación o advertencia previa, el U-Boot germano torpedeó y hundió al crucero inglés, con el resultado de 343 muertos. Entre los ahogados se encontraba la musa de Rolls-Royce. ¿Quiénes serán los actores que encarnen a la pareja protagonista? Espero sus comentarios.
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