Tip: ¿cómo se configura el precio de un coche nuevo?

Por mucho que algunos no lo quieran ver, al igual que el resto de bienes, los automóviles no pueden venderse por debajo del precio de coste. Esto, que a primera vista es fácil de comprender, no parece quedarle claro a todo el mundo, ya que mucha gente regatea y regatea “ad infinitum”. Pero el motivo de este tip no es el de enseñarles a negociar profesionalmente, sino que conozcan cómo se configura el precio de un vehículo. Para ello, y como ustedes tan sólo pueden comprarle el coche a un distribuidor y no a un fabricante, tenemos que partir del precio de coste del concesionario.

Lo habitual es que las marcas les vendan los coches a sus concesionarios con unas condiciones determinadas de descuento. Esto quiere decir que el vendedor tiene un precio recomendado por el fabricante, y sobre esa cantidad la marca le aplica una rebaja, que es el margen del que dispone el distribuidor. Al contrario que en otros negocios, los concesionarios no pueden incrementar el margen a su libre albedrío, teniendo que ofertar sus modelos a un precio máximo fijado por el productor. Además, el mercado tampoco le va a permitir fijar tarifas más altas que el resto si quiere mantener las ventas.

El precio —sin contar con los impuestos— al que las redes comerciales adquieren los automóviles es lo que se denomina Precio Franco Fábrica. Sobre este precio, el concesionario tiene un margen que puede oscilar aproximadamente entre un 12% y un 8%. Además, el Precio Franco Fábrica se compone, junto con el precio del vehículo, del valor de todas las opciones que lleva instaladas. Es decir: si la unidad que nos interesa cuesta 12.350 euros y le hemos puesto la pintura metalizada (505 euros) y el sistema de navegación (1.530 euros), el Precio Franco Fábrica de este modelo es 14.385 euros.

Sobre la cantidad anterior nos aplicarán el porcentaje de descuento. Sin embargo, es posible que nos digan que nos hacen un 7% de descuento, pero ese porcentaje sólo lo apliquen al precio del coche sin opcionales, sumando luego el precio bruto de los extras. Eso no sería correcto porque lo habitual es que la marca descuente el margen comercial tanto del vehículo como de todas las opciones. Por eso, si nos hacen un 7% de rebaja, el precio antes de impuestos del ejemplo anterior se quedaría en 13.378,05 euros.

Al Precio Franco Fábrica hay que añadir los gastos de transporte, que es lo que los fabricantes cargan por los costes logísticos de enviar el automóvil desde la fábrica al concesionario. Sobre estos gastos no hay descuentos, pero sí que generan impuestos. Así que si el transporte asciende a 230 euros, habría que sumarlo a los 13.378,05 euros, con lo que tendríamos como Base Imponible 13.608,05 euros.

Una vez que hemos obtenido la Base Imponible le aplicaremos los impuestos correspondientes. En este caso, sólo vamos a contar con el IVA del 21%, ya que para simplificar el ejemplo vamos a suponer que este vehículo está exento del Impuesto de Matriculación. Por eso, cuando le añadimos el IVA tendríamos la cantidad de 16.465,74 euros.

Pero esa no va a ser la cuantía que nos terminen cobrando, ya que con toda probabilidad el vendedor también agregará una partida que puede englobar varios conceptos: gastos de matriculación, gestoría, Impuesto de Rodaje, acondicionamiento y lavado,… Esta parte del presupuesto es variable y cada concesionario establece las cantidades que considera convenientes. En este caso, para que tengan claro el ejemplo, vamos a estimar un total de 600 euros, incluido también el Impuesto Municipal de Rodaje (su pago es obligatorio para poder matricular un automóvil y muchos concesionarios lo suelen cobrar aparte, en el momento de la entrega del coche). Esto implica que, en números redondos, un vehículo que vale 18.285 euros, nos lo terminan vendiendo por 17.065,74 euros.