Una de mis peores pesadillas, probablemente la más kafkiana, es la de comprar un coche de segunda mano que tenga un embargo anterior. Por extrañas circunstancias de la vida, pese a que un vehículo con cargas no debería transferirse hasta que se liquiden esos gravámenes, en ocasiones Tráfico cambia la titularidad de un automóvil sin haberse percatado de que existía una reserva de dominio o un embargo previo.

Tanto si un coche se adquiere a plazos, como si se contrata un leasing, casi siempre la financiera establece una reserva de dominio para que no se pueda vender el automóvil sin haber pagado la deuda que corresponda. En estos casos lo que se hace es limitar legalmente la libre disposición del bien. Una vez que se termina de pagar, la entidad bancaria envía una carta de pago al propietario que deberá entregarse en el Registro de Bienes Muebles para que cancelen la reserva de dominio. ¿A que no sabían eso?
En otras ocasiones, organismos como las Recaudaciones Municipales, la Seguridad Social o Hacienda embargan algún vehículo por deudas tributarias de su propietario. Generalmente suelen ser impuestos impagados de no mucha cuantía. El problema es que, una vez cancelado por el contribuyente, puede ocurrir que a las administraciones se les «olvide» levantar dicho embargo si no lo solicita antes el interesado. Así que puede darse el caso que nadie se vuelva a acordar de aquello hasta que ese coche se vende.

Pero la situación aún puede complicarse más: hay veces que el embargo tarda en ejecutarse y cuando se notifica que la incautación ha recaído sobre el automóvil, éste ya no pertenece a la persona deudora. Incluso yo me he llegado a encontrar un caso en el que un vehículo se había transferido hasta tres veces antes de que se ejecutase la confiscación. En una cuarta transmisión saltó la liebre y Tráfico no permitió el cambio de titularidad mientras no se solventase la deuda. Se pueden imaginar ustedes el problemón, ¿verdad?
Por eso es importante comprobar que la persona que nos vende el coche es el verdadero titular del mismo, y que no tiene reservas de dominio ni embargos. Para eso, podemos solicitar un informe de dicho vehículo. Lo más cómodo es que acudamos a una gestoría y por un módico precio nos imprimirán en el momento un documento con el historial del automóvil que nos interesa. De ese modo, nos evitamos problemas y dormiremos más tranquilos. Se lo digo por experiencia.
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