Siempre hemos pensado que sólo un enajenado como don Quijote se atrevería a cargar contra los molinos de viento. ¿Sólo? Cuando los políticos de diversos países decidieron que lo mejor para acabar con las emisiones contaminantes era el coche eléctrico, hicieron algo parecido a la estupidez del hidalgo de la Mancha. Cuando implantaron la medida, la afrontaron pensando que la pura inercia legislativa sería suficiente para impulsar una tecnología que no consigue ganar adeptos mal que les pese a muchos.

Si usted es un líder mundial —ya sé que entre los lectores de este blog no se encuentran muchos mandatarios internacionales— y tiene las mismas aspiraciones que Miss América, que no son otras que la paz mundial, puede intentar pasar a la posteridad haciendo algo por ella: luchar contra la contaminación. Pero para hacerlo tiene dos opciones. Por un lado está el camino difícil, el que conlleva numerosos dolores de cabeza y las insoportables presiones de multitud de lobbies que representan a multinacionales de todo tipo, que sería endurecer la legislación para castigar a aquéllos que más contaminan. En ese caso debería enfrentarse a naciones cuya economía industrial se ha consolidado desoyendo cualquier mínima recomendación medioambiental. Casualmente esos estados suelen ser los que más producen, así que su peso internacional es bastante elevado.
Si le da pereza todo lo anterior, puede recurrir al camino fácil: promover en su país el uso de energías limpias. Además de quedar muy bien en la foto, a nadie con conciencia medioambiental se le ocurriría dejar de votarle en las próximas elecciones. Aunque claro, las declaraciones rimbombantes son muy bonitas, pero a la hora de aplicar esos idealistas principios hay que trabajárselo algo más. Es entonces cuando se deben leer informes que no entienden y reunirse con gente que no les gusta para hablar de temas que les dan bastante igual. Como los políticos no suelen abandonar casi nunca su zona de confort, prefieren fiarse de gurúes iluminados o de extraños institutos fundados para defender las más peregrinas ideas, pensando que son los únicos que están en posesión de la verdad absoluta. Y es entonces cuando toman medidas como la de apostarlo todo al vehículo eléctrico.
Mientras que los fabricantes de coches llevaban años trabajando en un futuro automóvil movido con una pila de hidrógeno, las autoridades de diversos países les «convencieron» para que dedicaran sus esfuerzos en diseñar vehículos eléctricos impulsados por baterías recargables. Ya he dicho en otras ocasiones cuáles son los problemas de este tipo de tecnologías, así que no los repetiré aquí. A pesar de los esfuerzos comerciales y de innovación, el experimento no ha salido bien. Para que se hagan una idea, el año pasado se vendieron en España la friolera de 1.650 unidades (contando al cuadriciclo Twizy, que sería lo mismo que sumar a las cifras de matriculaciones anuales las ventas de coches para los que no hace falta disponer del carné de conducir).
Según reflejaba El Mundo hace una semana, las marcas empiezan a pensar que fue un error dedicar tiempo y recursos a este tipo de tecnologías. Por eso casi todas están incrementando sus inversiones en los automóviles propulsados con la electricidad generada por una pila de hidrógeno. No sólo porque ya haya fabricantes como Toyota, BMW, Daimler, Ford, Nissan o General Motors, que están trabajando en ella a pleno rendimiento; sino porque es la opción que las petroleras consideran más viable. Ya sé que a todo el mundo le fastidia que sigan manejando el cotarro. Casi todos los ecologistas han soñado alguna vez en su vida con finiquitar sus sucios oligopolios. Pero está claro que sus enormes redes de gasolineras son las únicas capaces de proporcionar suministro de energía sin excesivas inversiones, ya que con pocas adaptaciones podrían pasar de vender gasolina a vender hidrógeno.
Me ha encantado vuestro articulo y me ha sabido a poco pero ya sabeis lo que dice el dicho «si lo bueno es breve es dos veces bueno». Me gustara volver a leeros de nuevo.
Saludo
Acostumbro cada maana buscar webs para pasar un buen rato leyendo y de esta forma me he tropezado vuetro post. La verdad me ha gustado el articulo y pienso volver para seguir pasando buenos ratos.
Muchas gracias. Si quieres estar al tanto de las actualizaciones te recomiendo que pinches en el menú de la derecha para que te llegue un e-mail con cada actualización. Un saludo.
Tal vez sea el momento de hacer híbridos en lo que la parte térmica sea el conocido motor de vapor, éste puede quemar todo tipo de combustible líquido (gasolina, queroseno, orujo casero, gasoil, hidrogeno…) y debido a su elevado par no precisa de cambio de marchas…. Lástima que las petroleras no estarían muy de acuerdo
Eso sería una maravilla, Sergio Mercado. Aunque no tengo apenas información sobre ese tipo de motores. No sé si tu has escrito en tu blog sobre él. En caso contrario, investigaré un poco por la red.
Algunos dicen que todo está inventado, o pero que puede perfeccionarse.
http://dreamcarspain.wordpress.com/2012/02/16/capnomancia-esperanzadora-doble-steam-car-e-model/
Recomiendo a todo el mundo la lectura de este artículo aportado por Sergio Mercado en su blog. Espectacular!!